miércoles, 21 de septiembre de 2011

Te habría gustado la casa


Te habría gustado la casa, sus paredes blancas, sus libros mezclados con los tuyos. Te habrían gustado los pies negros de pasearse por la alfombra, la música y las ventanas. Te habría gustado la señora que ha venido a la puerta preguntando tu nombre, el frío colándose por los cristales, el pequeño elevador y la vista de la ciudad desde las últimas escaleras. No habrías puesto atención al infeliz azulejo del cuarto de baño. Habrías pedido más puertas ahí donde sólo hay repisas. Te habría gustado el pequeño balcón que da a la calle y a otras ventanas. Habrías colocado fotografías como flores por toda la casa. Habría ya colgado a la entrada un perchero, y el perchero sería verde y tendría grabado tu nombre.

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