lunes, 13 de junio de 2011

Salir a cortarme el pelo

El tiempo no pasa, parece quedarse colgado. Primera parte de la espera, segunda parte de la espera. Recuerdo sus palabras, quería estar segura de no dejar pasar la oportunidad de saber, quizá incluso de decir algo. Ahora lo dudo, pero fue dulce, y amargo, y transparente. Cómo no iba a recordarlo si cada vez que salgo de la cama encuentro un par de pantuflas verdes. Creo que lo mejor sería salir a cortarme el pelo, dejar de pensar que esta espera es real, que algo que nada tiene que ver con el paso del tiempo está sucediendo. Quizá no, quizá solamente esté muriendo en silencio, sin esperar a nadie. Como mi abuela, que murió hace dos meses, había estado esperando que dos de sus nietas y una de sus hijas volvieran de un viaje. Me estoy muriendo, nada más las estaba esperando. Morir debe ser aferrarse a la certeza de que estamos aguardando algo que está a punto de suceder. Quizá la llegada de alguien, quizá su regreso.

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