lunes, 5 de julio de 2010

La sonata a Kreutzer

Este mi cuaderno olvidado, en él escribo:

En el capítulo XXXIII de La sonata a Kreutzer aparece la siguiente cita, La música hace que lo olvide todo, la verdadera situación en que me hallo y hasta a mí mismo; me hace creer en todo aquello que no creo y comprender lo que no comprendo dándome un poder que no tengo. Las palabras las encontré así, de manera repentina, como Tolstoi quería.

Beethoven, de cuya sonata nº9 Tolstoi tomó prestado el nombre, murió en 1827, en Viena. Un año después Tolstoi nació en Yásnaia Poliana. Beethoven nació en Bonn en 1770 y Tolstoi, cuando viejo, se fue a morir a una estación de tren en Astápovo en 1910. La primera sonata, la de Beethoven, está dedicada por un malentendido a Rodolphe Kreutzer, la segunda, de Tolstoi, se abre con dos epígrafes de los evangelios. Fechas sueltas sin sentido, falsas coincidencias.

Lo que me conmovió irrefrenablemente fue hallar, en tres o cuatro líneas de una novelita, el peso necesario para acercar, hasta volver una sola, la sonata y la sonata. Hallar que mi olvido, ese estado en el que alcanzo a comprender todo lo que de otro modo no podría, ese estado que llamo literatura, está unido a ese otro olvido, que no es sino el mismo, de negras y redondas. Hallar que si digo, Del silencio es, no hay palabras, no queda música ni literatura, queda un tiempo para volver a creer en todo aquello que no creo, queda una sola sonata de olvido.

1 comentario:

  1. Hola, me interesa contactarte ¿puedes mandarme tu correo a yerhi@hotmail.com?
    ¡Gracias!

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